- Usar la Pensión o Ahorros:
La mayoría de potenciales franquiciados deben pedir ayuda financiera para poder empezar su negocio. En el caso de los jubilados con pensiones considerablemente altas, no tienen porqué encontrarse en esta situación, puesto que las pueden invertir en su futuro negocio.
Existen varios beneficios de usar estos ahorros en lugar de los préstamos habituales:
- Elimina o reduce la necesidad de solicitar préstamos que generan altos intereses.
- Con menos gastos indirectos, como los intereses de préstamos, tu negocio tiene más opciones de tener éxito y generar beneficios antes.
- Familia y Amigos:
Pedir ayuda a la familia y amigos más cercanos puede ser una de las mejores formas de conseguir la financiación que necesitas para montar tu franquicia. Tal vez necesites un socio a cambio de la financiación necesaria, además, podría ser ventajoso a la hora de evitar intereses y otros gastos.
Sin embargo, algunas veces mezclar tu vida personal con la profesional puede causar ciertos problemas y tensiones, por lo que deberéis encontrar una zona común y un compromiso, así podréis evitar enfrentamientos minimizando los problemas que puedan surgir. Así, la mejor solución es redactar un acuerdo que establezca las cláusulas del acuerdo financiero y los pagos del préstamo a la vez que los derechos y deberes de cada uno de los “socios”.
- Franquiciador:
En algunos casos la propia franquicia en la que estás interesado puede ayudarte a conseguir la financiación que necesitas. Debes consultar al franquiciador antes de lanzarte con el contrato y ver que acuerdos pueden realizarse para asegurarte la financiación.
El franquiciador tendrá alguna empresa financiera con la que trabaje y que te pueda ayudar a cumplir con las obligaciones financieras del negocio en el que vas a invertir para que llegue a concretarse.