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Con las dificultades que existen actualmente en España en relación con la economía y el mercado laboral, los jóvenes están encontrando muchos problemas a la hora de encontrar trabajo. Además, según la Encuesta de Población Activa (EPA) la tasa de desempleo de jóvenes menores de 25 años todavía se sitúa en el 34,7%, basado en datos de junio 2018, aunque la situación va mejorando si lo comparamos con el 37,5% del 2017. Una de las razones de esta situación es que despedir a jóvenes es menos costoso que despedir a otros colectivos. Otra razón es la falta de oportunidades en el mercado laboral y la temporalidad de algunos puestos de trabajo.
Como alternativa al desempleo, muchos jóvenes se están decantando por convertirse en emprendedores, además las instituciones están motivando estas iniciativas empresariales. Aquí es donde la franquicia es una buena elección para el autoempleo. Además, la formación que ofrecen las franquicias es tan completa, que el desconocimiento de la industria o falta de experiencia como gestor de negocio no son impedimentos para invertir en una franquicia, por lo que la juventud no es un factor negativo en un franquiciado. Al contrario, el entusiasmo y energía que aportan los jóvenes puede beneficiar al negocio, especialmente al principiom hasta que la franquicia se haya establecido en el mercado.
Montar un negocio no es algo sencillo debido, no sólo a las complicaciones de todo comienzo, sino también a las dificultades de, primero, cómo introducir una marca en el mercado y, segundo, cómo gestionar un negocio. Si te decides por una franquicia, estos problemas estarán resueltos de antemano. Es más, esta forma comercial tiene mucho éxito debido a estos elementos, marca reconocida en el mercado y saber-hacer transmisible.
Así, gracias a la franquicia, los recién licenciados, entre otros, podrán ser sus propios jefes invirtiendo en un negocio que disminuye mucho el fracaso empresarial al contar con el apoyo de la central franquiciadora y su experiencia en el negocio.
Existe la idea general de que la inversión que se necesita para montar una franquicia es elevada, pero esto no es cierto, existen modelos de negocio que son accesibles para todos los bolsillos, sólo hay que encontrar el adecuado para cada uno.
La Franquicia, una marca reconocida y un Know-How transmisible
Existen múltiples motivos por los que el sector de la franquicia es una excelente oportunidad para emprendedores de todas las edades, entre ellos, la marca, el know-how, o la formación continua. Es más, existen estudios de los que se concluye que tras cinco años de actividad, las probabilidades de una franquicia de tener éxito están muy por encima de las de otro negocio no franquiciado. De ahí que se considere una apuesta casi segura.
Para el buen funcionamiento de una franquicia, es muy importante que la central haya “experimentado” con una franquicia piloto antes de empezar a franquiciar su modelo de negocio. Esta es la forma de que el franquiciador pueda garantizar a sus franquiciados y potenciales franquiciados que se trata de una marca reconocida en el mercado y que dispone de un know-how (saber-hacer) fácilmente transmisible.
Por lo tanto, que la marca de la franquicia sea reconocida en el mercado ofrece ungran respaldo a los franquiciados, además de beneficiarle de dos maneras. En primer lugar al evitar una fuerte inversión económica, técnica y humana, a la hora de introducir una nueva marca (por lo tanto, desconocida) en el mercado; y en segundo lugar, permitirle invertir con garantías de éxito al tratarse de una marca ya establecida y que ha probado su éxito previamente.
En cuanto al know-how, éste es de un valor incalculable. Se considera parte del know-how toda la experiencia del franquiciador, tanto en relación con sus conocimientos del sector, como del mercado y del negocio en sí. Gracias a él, el franquiciado podrá gestionar su empresa de una forma sencilla, ágil y eficaz, y con una “garantía de éxito”, siempre que se aplique de la forma que el franquiciador determina. De esta manera, los franquiciados evitarán cometer fallos y problemas derivados del inicio de la actividad.
En relación con la formación continua, tanto de los franquiciados como del personal contratado por él, se considera un gran valor añadido al tratarse, no sólo de la formación inicial, sino también de una formación constante y continua durante todo el contrato de franquicia en relación con las novedades que vayan existiendo relacionadas con el negocio.
Si quieres saber más sobre el mundo de las franquicias, te recomendamos visitar nuestro blog oficialdonde encontrarás interesantes artículos e informes sobre el mundo de las enseñas en España.